Con el desarrollo del espacio virtual algunos movimientos feministas tenían muchas esperanzas con respecto a la (de)construcción del género. Base es el “Manifesto para Ciborgs” en 1985 de Donna Haraway. Hoy, más de treinta años después, en la era de Facebook y Twitter, se puede puede preguntar qué tanto ha cambiado realmente al observar la difuminación de esa esperanza.