Tecnologías y Feminismos Descoloniales
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Para seguir reflexionando sobre este asunto, presentamos una entrevista realizada a Norma Cacho, de la Colectiva Lésbica Feminista Autónoma Les Brujas. Las que conforman la Colectiva se expresan como: “mujeres lesbianas feministas. Somos brujas porque no tenemos miedo a existir, porque somos inteligentes, valientes y disidentes del régimen heterosexual. Desde la transgresión, la rebeldía y la subversión luchamos contra este sistema heteropatriarcal, clasista, racista y capitalista”.
Pillku: para empezar, me gustaría que nos contaras sobre el trabajo que realiza LesBrujas.
Norma: Somos una colectiva lésbica feminista autónoma y antirracista que trabajamos en nuestros contextos locales para visibilizar los diferentes tipos de violencia que experimentan las mujeres y las lesbianas, principalmente las racializadas. También nos enfocamos en la denuncia del régimen heterosexual como un sistema que se interrelaciona con el patriarcado, el capitalismo y el racismo, buscando evidenciar que nuestros lugares políticos, históricos y de experiencias no son los mismos para todas.
Trabajamos principalmente en acciones de difusión y vinculación. Realizamos materiales, principalmente gráficos. Apostamos a la construcción de redes con otras lesbianas feministas para organizar iniciativas conjuntas y reflexiones colectivas.
Somos también una colectiva un tanto itinerante, puesto que nuestras integrantes fluctúan entre diversos espacios geográficos, pero activamos principalmente en México, Brasil y Francia.
Pillku: ¿De qué manera las Tecnologías de Información y Comunicación les ayuda a realizar su trabajo?
Norma: Por el carácter mismo de la Colectiva, que por muchos momentos es itinerante, un vehículo importante de comunicación al exterior son las herramientas de redes sociales, principalmente facebook y twitter, que son un mecanismo útil para mantener presencia virtual en ciertos espacios, así como compartir algunas reflexiones y trabajos que realizamos. Al interior de la colectiva utilizamos un correo electrónico común y tenemos todas las integrantes acceso a las cuentas de redes sociales. Eventualmente utilizamos el skype para la comunicación entre nosotras, agendando reuniones y haciendo planificaciones de trabajo por esa vía.
Las herramientas virtuales han sido importantes para la convocatoria a actividades públicas que realizamos que, aunque no nos limitamos a la difusión por esa vía, abre canales de comunicación exprés que nos permiten organizar cosas urgentes de manera pronta. Nuestras últimas convocatorias para actividades han sido exclusivamente por facebook, dada la carencia de recursos financieros para imprimir propaganda.
Pillku: ¿Existen dificultades para el uso de las TIC entre las que conforman la Colectiva?
Norma: Durante los tres primeros años de la colectiva no contábamos con redes sociales. Cuando decidimos abrir las cuentas de facebook y twitter, la integrante encargada de comunicación era la única que tenía acceso a ellas y que publicaba los contenidos. Cuando éstos implicaban posiciones políticas frente a una temática en particular, los consensábamos entre todas, mientras que las notas informativas y demás intercambios los realizaba nuestra compañera de comunicación. Esta situación sucedía, en parte, porque tenemos responsabilidades diferenciadas en la colectiva, pero también porque el resto de las integrantes teníamos poco conocimiento de las herramientas virtuales, particularmente redes sociales, puesto que no tenemos perfiles personales.
Siento que [internet] es un espacio un tanto relegado a ciertos círculos lesbofeministas que cuentan con cierto nivel de información, de acceso a herramientas conceptuales y teóricas, pero que dificultan el vínculo con lesbianas populares y de otros estratos culturales.
Actualmente nos encargamos del mantenimiento de redes entre dos compañeras, que hemos ido aprendiendo en el camino. Manejamos lo básico en cuanto a tecnología, pero creemos que por ahora es suficiente para comunicar lo que nos interesa.
Pillku: ¿Consideras que Internet y el trabajo en redes virtuales puede ser un espacio en donde la Colectiva puede acceder a información, elaborar contenidos/pensamientos críticos, visibilizar sus luchas por los derechos de las mujeres y denunciar el patriarcado heterosexista?
Norma: Actualmente el internet es una herramienta fundamental para el acceso a información que nos da elementos para la reflexión, la investigación y la sistematización. No es la única, pero sí necesaria, y a veces corremos el riesgo de que ésta supla a otros espacios de acceso a información, dado que actualmente todo circula por ahí.
Por supuesto que es un espacio que nos permite difundir y visibilizar nuestros posicionamientos, sin embargo, a pesar de su uso creciente, sigue siendo todavía una herramienta utilizada y dirigida a ciertos públicos. Tengo la impresión de que las redes sociales van formando grandes grupos con intereses similares, que dificultan el acceso y el vínculo con otras personas que no “están” en los temas, por decirlo de alguna manera. Como ejemplo, nosotras actualmente formamos parte de una iniciativa autónoma para convocar a una marcha de rebeldías lesbofeministas y estamos utilizando las redes sociales para su difusión. Sin embargo, siento que es un espacio un tanto relegado a ciertos círculos lesbofeministas que cuentan con cierto nivel de información, de acceso a herramientas conceptuales y teóricas, pero que dificultan el vínculo con lesbianas populares y de otros estratos culturales.
Esto tiene que ver, claro, con las condiciones materiales de las lesbianas y mujeres racializadas, que no cuentan con el tiempo necesario para involucrarse de otras iniciativas y quizá hasta de utilizar el internet. Por ello, las actividades que se convocan por redes sociales pueden volverse, aunque no deliberadamente, excluyentes.
Pillku: Entre algunos elementos que dificultan el acceso de las mujeres a las TIC, en especial internet, están los altos costos del servicio, la sobrecarga de trabajo de las mujeres, el bajo nivel educativo, la exclusión social y cultural, la invisibilidad, las violencias hacia las mujeres… Estos –y otros- problemas ¿afectan a la Colectiva en particular y al movimiento lesbofeminista en general?
Norma: Esta pregunta me remite a lo que respondía en la anterior: finalmente el uso de las TIC’s, aunque no requiere numerosos conocimientos “especializados”, existen otros factores que limitan el acceso y uso a las TIC. Yo destacaría, diversos matices de la exclusión tanto social y cultural, como económica y tecnológica, entre los factores que más afectan ese acceso.
Nosotras en particular como Colectiva, contamos con recursos de educación “formal” y formación en otros ámbitos, que nos permiten el acceso a las tecnologías, además de contar con los recursos materiales necesarios (computadoras propias, capacidad de pago del servicio, tiempo, etc.). Así, como grupo organizado no vivimos dificultades de ese tipo. Por lo tanto, considero que ni todas las mujeres, ni todas las lesbianas compartimos las mismas condiciones en ese acceso, y debemos reconocer los privilegios con los que contamos para ello.
Esto en cuanto a las exclusiones. Por otro lado, en cuanto a la invisibilidad y las violencias, es un punto que en los últimos tiempos se ha agravado en relación al uso de las tecnologías de comunicación virtual. Hemos sabido de casos donde activistas han sido acosadas e intimidadas por sus publicaciones y desacatos, y eso limita la participación en espacios cibernéticos. De las últimas agresiones, varias han sido dirigidas a activistas lesbofeministas, lo que significa que la radicalidad de pensamiento y práctica es también un riesgo en estos espacios.
La práctica política lesbofeminista, si bien toma algunas perspectivas del espacio virtual, éstas se concretizan en los espacios reales, de discusión y construcción política.
Y un último punto que quisiera comentar, es que me parece que también tenemos que hacernos un llamado ético para el uso de las TIC, en términos de nuestros estilos de consumo. Sabemos de sobra que la tecnología avanza a pasos agigantados y que el capital nos crea “necesidades” de consumo, mismas que están implicando un consumo desmedido también entre las activistas. Y sabemos también que el progreso tecnológico se sustenta en la apropiación de los territorios de los pueblos y en la violación de los cuerpos de las mujeres racializadas, como por ejemplo en el Congo que es un territorio rico en coltán, que es un mineral necesario para la generación de tecnología y se encuentra sumido en una guerra civil desde hace más de 15 años por el control de los yacimientos. Entonces me pregunto ¿en qué medida estamos reproduciendo aquello que decimos combatir? Es una pregunta ética y política, que tenemos la obligación de hacernos para tener prácticas consecuentes con nuestros discursos.
Pillku: En los últimos años hemos visto que Internet se ha convertido en un importante espacio de discusión, denuncias y propuestas feministas ¿Crees que este espacio virtual tiene potencial para influir sociopolíticamente en las demandas/postulados lesbofeministas?
Norma: Por supuesto. En la medida de que internet es un canal de difusión importante tanto de las propuestas, actividades y producción feminista y lesbofeminista, inevitablemente impacta en las propuestas políticas propias. Cada vez es más frecuente que se den discusiones virtuales sobre ciertas temáticas en las que estamos involucradas, incluidas las ofertas formativas críticas, lo que permite tener una participación en estos espacios desde tu propio lugar físico y geográfico.
Sin embargo, sigo pensando que la práctica política lesbofeminista, si bien toma algunas perspectivas del espacio virtual, éstas se concretizan en los espacios reales, de discusión y construcción política.
Pillku: Sabemos que existe una nueva modalidad de violencia contra las mujeres, que es la violencia en el ciberespacio, que se presenta como la continuación de la violencia cotidiana, del acoso, del control y abusos de poder. En algunos casos, las activistas han sido censuradas, acalladas, acosadas y perseguidas en la red, y se han visto en la disyuntiva de abandonar su activismo virtual. ¿Consideras que el ciberfeminismo tiene el potencial para revertir esta situación? De ser así, cuáles serían los desafíos?
Norma: No me queda claro aún si por ciberfeminismo, entendemos activismo en las redes y espacios cibernéticos, o si se está planteando como una corriente y/o vertiente de los feminismos. Sin embargo, creo que el potencial para combatir las violencias en el ciberespacio puede ser tan ambiguo como los mismos actos de agresión. Que quiero decir con esto: que la virtualidad tiene muchas ventajas pero también desventajas y en el caso particular de las agresiones, cuesta mucho identificar a los agresores puesto que el mismo espacio virtual da cierto margen de protección, por lo que es muy difícil establecer la magnitud y los riesgos concretos de las agresiones.
Yo creo que es muy complicado que el ciberfeminismo como tal, sin alianzas políticas de otra índole, pueda revertir las violencias contra las mujeres que se dan en las redes.
Así, que en lo particular yo creo que es muy complicado que el ciberfeminismo como tal, sin alianzas políticas de otra índole, pueda revertir las violencias contra las mujeres que se dan en las redes. Por supuesto que la tarea de la denuncia y difusión de casos concretos de agresiones, así como de las distintas modalidades que toman, es muy importante para visibilizarlas, evidenciando que los progresos tecnológicos también dan nuevas pautas para ejercer las violencias, y que detrás de una computadora no sé está del todo segura. Pero revertir, erradicar las violencias en el internet, es una tarea tan compleja como revertir otros tipos de violencias contra las mujeres.
Pillku: Las que conforman la Colectiva, ¿han recibido amenazas en línea, hackeos de cuentas de correo y sitios web, vigilancia, agresiones machistas en foros y redes virtuales? Si es afirmativo, ¿qué medidas han tomado?
Norma: No hemos tenido casos concretos de amenazas, hackeos y/o agresiones. La única cuestión en este sentido que hemos tenido recientemente y que se relaciona más con el control que ejercen las redes sociales, en tanto también son instrumentos del capitalismo patriarcal, es que nos obligaron a cerrar nuestro perfil personal de facebook para hacernos migrar a una página. Esto supuso la pérdida de buena parte de la información y archivo que alojábamos en el perfil personal y lo que pudimos rescatar tuvimos que hacerlo manualmente, lo que implicó mucho tiempo invertido para ello, además de que perdimos parte de nuestra “historia” virtual, que teníamos alojada de manera cronológica y organizada por carpetas según las actividades que hemos realizado. En un primer momento, esta situación nos descolocó porque no la esperábamos y también porque nos vimos obligadas a acatar las “reglas” de un espacio virtual, que implica una nula posibilidad de “negociación”, misma que significaba subordinarnos a esas reglas si queríamos mantener nuestro espacio virtual.
Esto nos lleva a otra reflexión que ya hemos venido pensando hace tiempo, que se refiere a los pros y contras de mantener un activismo “virtual” o que se sirve de herramientas virtuales para ello, puesto que a pesar de que son herramientas muy útiles de difusión, nos dificultan el contacto cara a cara, y cuando suceden situaciones como la que enfrentamos que implicaba quedar fuera del ciberespacio, se nos genera cierta situación de ansiedad por lo que significa, dado que ahora buena parte del activismo se genera ahí. Sin duda, tenemos que replantearnos los límites y los alcances de las redes sociales, para que no suplan otro tipo de actividades.
@LESBrujas
Colectiva Lésbica Feminista Autónoma LesBrujas
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