Política pública: Asuntos comunes

Jorge Gemetto

La cultura libre, las redes libres, el software libre, el hardware libre y otras prácticas relacionadas, son piezas de una lucha amplia y convergente que se enfrenta al avance del capitalismo cognitivo del siglo XXI; un capitalismo que, en sus formas más recientes, no solo busca mercantilizar y apropiarse de las expresiones culturales, sino también de los usos sociales de la tecnología, de los datos más íntimos de las personas, del medio ambiente y hasta del genoma de organismos vivos.

Las tecnologías digitales habilitan, como nunca antes, que el conocimiento se distribuya de manera equitativa: permiten la difusión de la cultura a costo cero, el acceso rápido y sencillo a la información pública, la colaboración entre pares a una escala nunca antes imaginada. Y sin embargo, estos derechos se nos niegan, mientras que las mismas tecnologías son usadas por corporaciones y por gobiernos para vigilarnos y controlarnos. Se nos bloquea el acceso a la información pública, pero todos nuestros datos son de libre acceso para multinacionales y gobiernos. Se criminaliza el acceso a la cultura, pero las corporaciones tienen total libertad para mostrarnos publicidad segmentada de los productos culturales que pagan por aparecer.

En América Latina, los gobiernos progresistas de la región han abordado esta situación con numerosas contradicciones, marchas y contramarchas. La derecha, en cambio, ha sido consecuente, tratando una y otra vez de ampliar los sistemas de vigilancia contra sus poblaciones, mientras brinda total libertad a las corporaciones para hacer sus negocios.

En este número de Pillku abordamos la cultura libre y el software libre como asuntos de política pública. Como afirma Inés Binder en uno de los artículos, las políticas de lo abierto son elementos fundamentales para la construcción de sociedades que tengan como meta el socialismo. El acceso y la distribución equitativa del conocimiento producido socialmente; el desarrollo soberano de las tecnologías por parte de las comunidades; el acceso público a la información del Estado, son pilares para la construcción de sociedades democráticas que superen los esquemas coloniales que determinan hoy nuestra dependencia. Son necesarias políticas públicas que abran el conocimiento y las herramientas de información de manera efectiva. Son necesarias izquierdas políticas que reconozcan cuál es su rol en el siglo XXI. Son necesarias comunidades fuertes que estén comprometidas con su desarrollo tecnológico.

A través de los artículos que conforman este número, hacemos un repaso crítico de lo hecho a nivel de política pública en la región: ¿cómo se han implementado las leyes de software libre aprobadas en varios de nuestros países?, ¿qué resultados dieron los ambiciosos proyectos de educación con una computadora por niño?, ¿es posible brindar servicios públicos con una “nube” soberana?, ¿cómo se implementa una política pública de licenciamiento abierto?, ¿cuáles son las transformaciones legislativas necesarias para una sociedad del conocimiento libre?, ¿quiénes son los actores sociales que pueden impulsar estas transformaciones?

La intención, por tanto, no es sólo reseñar los avances o retrocesos en la región, sino reflexionar sobre lo que se ha hecho, cómo se ha hecho, y hacia dónde deberían orientarse las políticas públicas de lo abierto en el futuro. Las autoras y autores de los artículos somos, en muchos casos, personas que hemos estado involucradas en los procesos políticos narrados y que, dentro de nuestros espacios de militancia, buscamos incidir en lo que analizamos.

Esperamos que las lectoras y lectores también se involucren en estos procesos, discutiendo aquí y en otros ámbitos sobre los futuros posibles, y organizándose colectivamente para incidir en ellos.

¡Un feliz cierre de año a todas las lectoras y lectores, y hasta marzo!

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