Capital, explotación y moneda

Diego Saravia

Si uso una pala mecánica produzco más que otra persona usando una pala común. Podemos también pensar que esto es cuestionable ya que la pala mecánica usa enormes cantidades de combustibles fósiles. Pero nos olvidemos de este “detalle” en este artículo.

Ahora, si la pala que uso no es “mía” sino de otro y si le tengo que pagar “renta” por usarla, comenzamos a entender el fenómeno asociado de “explotación”. Podrá decirse que ese pago es porque la pala le costó conseguirla, bien, eso justificaría que el que la usa pague al “dueño” el costo de adquisición de la pala. Pero una vez pagado ese costo, por ejemplo para una casa alquilada típicamente, 10 años de alquiler; la pala o la casa deberían ser del que las trabaja, usa o habita. Pasado ese período, entramos en el concepto de explotación.

¿Cómo es esto? Es simple, el capital tiene la habilidad de lograr que los humanos al trabajar, creemos más valor si constituimos capital que sin él, incluso si descontamos el coste de constituir capital. Es la “magia” del capital, crea más de lo que cuesta, o mejor dicho, los humanos, mediante nuestro trabajo, usándolo creamos mas. Y esta no es más que la primera ley enunciada.

Ahora pensemos en el dinero en términos “modernos”, como una deuda. ¿Qué es el dinero deuda? Supongamos que alguien intercambia bienes y servicios y recibe mas bienes de los que entrega (pensando en términos de valor). Bueno, si hubiese un contador diría que esta persona debe valor. Podríamos registrar esta deuda
en una computadora, cuaderno libro, o podemos… prestarle dinero.

El dinero, en esta forma de verlo, es mucho más beneficioso que un contador. Porque es anónimo en los intercambios (o lo era en la época previa las tarjetas de crédito). O sea tú para adquirir mas bienes que los que
entregas, vas al banco, pides un crédito, te dan billetes, y listo, adquieres lo que “deseas”. Luego produces, vendes y… lo devuelves. Si adquiriste capital, incluso por lo que ya vimos podrás devolver más y saldrás ganando.

Claro, hay varios problemas en esta visión. Si uno pudiese pedir dinero sin límite sería muy peligroso, no habría bienes suficientes para todos: inflación.

¿Qué hace entonces un sistema monetario? Presta con interés. Y aquí comienza una larga serie de problemas. El interés parece justificarse, porque si consigues capital por dinero y lo usas, ganarás más con el dinero y con la
lógica de la explotación; si el capital era de otro tendrás que pagar su renta.

Queda claro ahora que la lógica del interés bancario no es ni más ni menos que la misma lógica de la explotación del hombre por el hombre o la lógica de pagar tu alquiler.

Ahora la pregunta es cómo construir un modelo alternativo de sociedad sin explotación.

La cuestión central en todo esto es que el capital es escaso. No hay o no parece haber suficiente para que todos trabajen en un punto de óptima eficacia o eficiencia. Al menos en los países pobres esto es así.

¿Qué pasaría si hubiese capital para todos? No sería escaso, todos tendrían casas, nadie necesitaría alquilar el precio del alquiler caería, no habría rentas, no habría explotación. Los ricos no podrían vivir sin trabajar.

De aquí se entiende que los ricos no pueden permitir abundancia. Si hay muchas casas construidas hay que destruirlas. Hay que generar crisis para que el interés del capital vuelva a ser alto.

Es entonces claro que cualquier camino a una sociedad mejor pasa por capitalizar, para que el capital no sea escaso y su precio baje. Esto implica combatir estas crisis generadas por los ricos para salvar el capitalismo
rentístico, cada vez que alguna sociedad llega a un punto de acumulación de capital deben desatar crisis.

Ahora mientras lo logramos hay que pensar y proponer otros criterios de asignación al capital. Y hay un concepto claro y clásico: el capital es para quien lo trabaja. Hay que promover normas y leyes en nuestras sociedades que dificulten que la gente consiga renta por alquilar capital de cualquier tipo.

Que el capital sea del Estado es una salida, la clásica del socialismo real. Pero no es la única. Uno puede pensar sociedades donde sin que el Estado sea el único empleador, se bloquee la apropiación del capital que otros usan
por zánganos.

Limitar las herencias es una medida importante. Al menos evita la acumulación “zangánica” transgeneracional. Sólo se podrían heredar los bienes que se usan, por ejemplo.

Poner fuertes impuestos a los ingresos por rentas sería otro. Es curioso que en muchos países existan fuertes impuestos por trabajar, pero casi ninguno por percibir rentas.

En el caso de la moneda, se debiera poner un fuerte impuesto al interés en el sistema bancario. Por supuesto evitar que se forme escasez artificial en el conocimiento, mediante leyes tipo copyright u otras similares. Si el conocimiento no es escaso, será libre y gratuito, nadie tendrá que pagar renta por usarlo.

Algunos de estos conceptos se exploran en el sitio http://riquezaetica.org.ar

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