¿Alguna vez espiaste a tu ex en Facebook?
Dafne Sabanes Plou
La pregunta del título nos despierta una sonrisa cómplice. ¿Alguna vez lo hicimos? ¿O a su nueva pareja? ¿O googleamos al que acabamos de conocer y nos cayó tan bien? Son varias las personas, de diversas edades, que frente a esta pregunta se sienten reconocidas: saben que utilizan tanto Facebook como Google no sólo para encontrarse con la gente amiga, sino también para vigilar y seguir la vida de la gente que nos interesa o que nos tendría que dejar de interesar, pero sigue ahí presente en algún rincón nuestro.
Así como la tecnología de la información y la comunicación nos permite compartir con nuestras amistades y familia textos, audios, fotos y videos, y nuestra vida cotidiana, también su uso permite robo de identidad, creación de perfiles falsos, hackeo de cuentas, creación de sitios discriminatorios hacia las mujeres
Más allá de las anécdotas sentimentales, el asunto debería preocuparnos. Porque así como nosotras podemos vigilar la vida de otros, otras personas también pueden vigilar la nuestra y las consecuencias pueden ser engorrosas, cuando no desagradables y hasta violentas. Una colega activa en los movimientos sociales de su país relató cómo fue perseguida por Twitter por una ex novia de su prometido, quien le enviaba mensajes agresivos y llegó a llamarla “feminista de cartón”. Jamás había tenido noticias de la existencia de esta mujer y los mensajes agresivos que llegaban a cualquier hora perturbaban su privacidad. Decidió bloquearla, pero todavía le queda la duda sobre qué estará twiteando esta ex de su novio acerca de ella en otras cuentas.
Podríamos contar decenas de historias similares, donde la privacidad deja de ser tal y en las que la vida privada de las personas queda expuesta de la peor manera. ¿Hacemos algo por evitarlo? ¿Sabemos qué medidas de seguridad debemos tomar en las redes sociales o no nos preocupa? Así como la tecnología de la información y la comunicación nos permite compartir con nuestras amistades y familia textos, audios, fotos y videos, y nuestra vida cotidiana, también su uso permite robo de identidad, creación de perfiles falsos, hackeo de cuentas, creación de sitios discriminatorios hacia las mujeres y con lenguaje de odio, vigilancia, acoso y también agresiones y amenazas a las activistas por los derechos de las mujeres.
Una pregunta común es “¿quién debería protegernos? ¿alguna regulación del gobierno, empresas como Facebook que dan los servicios, o nosotras mismas?”. La respuesta no se deja esperar. Si bien es importante que tanto gobiernos como empresas ofrezcan regulaciones y servicios para que existan plataformas y herramientas seguras y sin filtraciones, son los propios usuarios y usuarias los que deben adoptar medidas para que sus comunicaciones sean seguras, si eso les preocupa. A fin de cuentas, ni Facebook ni Google tomarán medidas para resguardar la privacidad de sus usuarios, porque ellos ganan plata incluso cuando espiamos a nuestras parejas.
SOBRE LA AUTORA. Dafne Sabanes Plou vive en Buenos Aires, Argentina, y es la coordinadora del Programa de apoyo a las redes de mujeres de APC en América Latina.