Diez claves para garantizar la salud del modelo de participación política en red

Inés Binder

1. Gobernanza global democrática y neutralidad de la red

Si Internet es una red global de comunicación ¿quién debe regularla?, ¿cómo debe hacerse? Muchos dirán que lo mejor es optar por la autorregulación, que la política de gobierno de Internet no debe estar sometida a la legislación de unos pocos países ni a las prácticas de un puñado de empresas.

Resulta urgente contar con una instancia global y verdaderamente democrática de gobernanza de Internet que sea horizontal, independiente de las hegemonías políticas y económicas, donde no se prioricen unos servicios sobre otros, donde no se restrinja la circulación de los contenidos y donde la gestión de los recursos críticos de Internet DNS, protocolos, etc1 esté al servicio de la comunidad global.

2. Garantía de libertad de expresión

La libertad de expresión no puede quedar circunscrita a los medios tradicionales ni concebida como un derecho exclusivo de los periodistas. Es necesario ampliar la aplicación del derecho no sólo en términos de los sujetos del derecho (es decir a todos los ciudadanos y ciudadanas) sino que también su ámbito de aplicación tiene que abarcar Internet. Se debe garantizar la plena libertad no sólo de recibir información sino también de emitirla.

La realidad hoy es otra: países como Estados Unidos, Francia, China y Corea del Norte, entre tantos otros, tienen políticas restrictivas que afectan no solamente a su territorio sino también a ciudadanos y ciudadanas de otros países. Además, las empresas de Internet aceptan negociar con este tipo de regulaciones con tal de ganar nuevos mercados. El afán de lucro y el interés de control político no deben estar por encima del derecho a la libertad de expresión.

3. Derecho a la privacidad

Para que Internet sea un espacio seguro, libre de la vigilancia y el control por parte de gobiernos, empresas y demás organismos, se debe garantizar la protección de los datos personales. Cada persona debe ser dueña de su información. No debe existir un registro de su actividad en línea, ni su información debe ser usada para alimentar bases de datos con fines no autorizados por los ciudadanos y ciudadanas. Las políticas de uso de información personal deben ser claras y transparentes (APC, 2006) para evitar procesos de vigilancia de datos.

4. Creación de capacidades

Una verdadera apropiación de las TIC se logra no solamente contando con el acceso a las herramientas sino a los conocimientos necesarios para hacer un uso consciente y crítico de ellas. Con el desarrollo de capacidades se alienta la creación de usos desviados que pueden derivar en innovación y nuevas maneras de sortear posibles obstáculos. La capacidad crítica de recepción y procesamiento de la información y también el uso de herramientas de privacidad y seguridad en línea son un aspecto clave.

5. Políticas públicas de apertura e innovación

Desde la esfera estatal deben asumirse políticas públicas de innovación y apertura en materia de acceso al conocimiento que garanticen, en consecuencia, el acceso a la cultura, la educación, y la información. La inversión pública es necesaria para crear infraestructuras sólidas, instalar capacidades y fomentar un desarrollo institucional que acompañe los cambios en la gestión del conocimiento necesarios para el fortalecimiento de sociedades libres.

6. Infraestructura libre y distribuida

Como ya lo propone Benkler (2003), la creación de una capa física abierta, materializada en la masificación de infraestructuras libres de comunicación, fortalece la independencia de los procesos comunicacionales frente a los poderes. El acceso a una red sobre la cual no puedan ejercer control directo como fue en el caso de Egipto en 2011 evitaría situaciones de restricción, bloqueo y cortes de la conexión.

7. Acceso a conexión de calidad

Contar con una conexión de calidad se hace cada día más indispensable, teniendo en cuenta el tiempo que pasamos conectados y la cantidad de información que intercambiamos. Contar con acceso a conexiones de Internet es un derecho, pero que sea una conexión de calidad también es una cuestión sobre la cual velar ya que de ella depende el tipo de experiencia que tengamos en línea: ya sea de entretenimiento o de construcción de la vida en red y de ciudadanía. En Finlandia, ya se ha declarado el acceso a Internet de alta velocidad como un derecho humano2.

8. Desarrollo de hardware libre

Con hardware libre nos referimos a todos aquellos dispositivos cuyo diseño y estructura son de acceso libre. De esta manera, resulta más barato y sencillo diseñar hardware y sistemas operativos y programas libres más precisos. Esto permitiría la apropiación total de las herramientas tecnológicas. Hoy en día, desde las plataformas hasta el software, pasando por el hardware, están privatizados por multinacionales más preocupadas por los intereses de los gobiernos, que de una ciudadanía que en momentos decisivos, como vimos en Egipto en enero de 2011, puede hacer uso de dichas herramientas para la participación política.

9. Masificación de uso de software libre

Así como el hardware libre, el software libre pone a disposición el código fuente que lo constituye. Esto permite que sea usado libremente, conocerlo, modificarlo y compartirlo cuantas veces se quiera. Saber cómo están hechas las herramientas que se utilizan cotidianamente tiene un efecto empoderador (APC, 2011). Y, sobre todo, se rompen los monopolios de un grupo de empresas que desarrollan herramientas de comunicación con fines de lucro y a demanda del mercado. El software libre es parte de lo que Benkler denominaría la capa lógica, una de las instancias clave para el aprovechamiento del procomún del conocimiento y la cultura.

Eben Moglen, profesor de la Universidad de Columbia, en la IV Conferencia anual sobre ley y tecnología en la Universidad de Portland, expresó que: “un sistema cuya continuidad depende de la universalización de la ignorancia para provecho privado es un sistema inmoral. Destruirlo es simplemente un paso más en la larga historia de la lucha por la libertad”.

10. Contenidos libres

Esta es la tercera de las capas que Benkler recalca como decisivas: la capa de los contenidos. Los derechos de autor que originalmente, con el Estatuto de Anne, tenían el propósito de democratizar y abrir la cultura, terminaron tergiversándose en una serie de legislaciones restrictivas que protegen a las grandes empresas intermediadoras en detrimento de los creadores, del acceso a la cultura y al conocimiento de la ciudadanía.

Adoptar sistemas de licencias libres, en una primera instancia, para lograr la transición hacia un modelo de copyleft, luego, garantizará el derecho de acceso al conocimiento de toda la ciudadanía. Para ello resulta urgente reformar tanto las políticas globales de derechos de autor (Convenio de Berna, Tratado de la OMPI, Convención Universal sobre Derecho de Autor de la UNESCO, tratados de libre comercio, etc.), así como las nacionales, tan restrictivas y obsoletas que vulneran los derechos a la educación y la cultura de la población.

Notas

1Triana, E. (2009), “Gestión de los recursos críticos de Internet. Ante el posible futuro de la ICANN”, en Revista TELOS, nº80, disponible en: http://goo.gl/qsOcG

2BBC Mundo (2009), “La banda ancha ‘es un derecho humano’”, 16 de octubre, disponible en: http://goo.gl/SMxyG

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